El Mar
Terrazas panorámicas y antiguos pueblos costeros, playas y rocas, casetas y destellos robados entre un palacio y una iglesia, el Porto Antico y los paseos de principios del siglo XX. Génova y el mar tienen una relación cercana pero particular. El mar está omnipresente en la historia de la ciudad y en el fondo, pero para entrar en contacto con el agua en el centro de la ciudad es necesario descubrir pequeños pasajes, playas casi secretas, como el Capo Santa Chiara.
A pocos minutos del centro, Génova es una sucesión de tesoros preciosos, rincones de paz y belleza. Oasis silenciosos donde el tiempo parece haberse detenido, al que se puede llegar de forma rápida y cómoda en transporte público, en tren, en bote o, para quienes lo prefieran, en bicicleta.
Vernazzola y Boccadasse, situado entre las casas de color pastel y los barcos detrás de la pequeña playa, Nervi, enmarcado por el encantador paseo que serpentea a lo largo de los acantilados, Quinto, Quarto, Pegli y Voltri. Lugares mágicos, que huelen a sal e invitan a momentos de relajación, en cualquier época del año.
Durante el verano se puede disfrutar de un chapuzón o tomar el sol aprovechando las playas libres, los baños equipados y las casetas.
Las temperaturas siempre suaves, tanto en verano como en invierno, permiten un paseo, un aperitivo junto al mar o una cena con vistas en uno de los muchos restaurantes famosos de la zona y para degustar las especialidades de la cocina local.
Déjate inspirar por uno de los servicios a la venta online o en las Oficinas de Información Turística de Génova