La Regata de las Antiguas Repúblicas Marineras
La Regata de las Antiguas Repúblicas Marineras (o Palio delle Antiche Repubbliche Marinare) es una manifestación deportiva de evocación histórica, instituida en 1955 con el fin de evocar las empresas marítimas y la rivalidad de las más famosas Repúblicas Marineras italianas (Génova, Pisa, Venecia, Amalfi), que se desafían entre ellas con cuatro equipos remeros. La regata, disputada bajo el alto patronato del Presidente de la República Italiana, se desarrolla cada año en un día entre el final de mayo y el principio de julio, y es hospedada entre las cuatro ciudades de forma rotativa.
Cada uno de los equipos está compuesto por ocho remeros y un timonel, a bordo de embarcaciones realizadas en fibra de vidrio y diferentes colores y espléndidas “polene”: figuras ornamentales en la proa de la nave que van desde el caballo alado de Amalfi hasta el dragón de Génova, que nos recuerda a San Giorgio (protector de Génova), o el águila de Pisa (símbolo del antiguo vínculo entre la república Tirrenica y el Sacro Romano Imperio, el león alado de Venecia (relacionado con el patrón de la ciudad lagunar) o San Marco Evangelista.
La competición náutica del espectacular Cortejo Histórico de las Antiguas Repúblicas Marineras Italianas está compuesto por los Cortejos Históricos de cada República, con un total de 320 participantes. El ritmo de los desfiles es remarcado por el sonido de tambores, “chiarine” (tipo de trompeta), el ondear de estandartes y banderas en un alborozo de colores, flores, trajes preciosos y objetos fieles a los modelos antiguos. Cada grupo tiene el deber de recordar e interpretar episodios y personajes ligados a la historia marinera de su ciudad y del rol que ha tenido en el Mediterráneo.
Así como Génova, las otras 3 Repúblicas marineras han escogido temas y figuras especialmente asombrosas por sus Cortejos históricos. Amalfi evoca la boda, acaecida en 1002 entre Sergio (primer hijo del Duque Giovanni I y Maria (hija del principe longobardo de Capua y Benevento); Pisa pone en escena una secuencia de figuras que recuerdan su historia medieval; Venecia rinde honor a la patricia veneciana Caterina Cornaro, que en 1489, heredó el reino de Chipre al enviudar de Giacomo Lusignano. En la representación es recibida por el Doge tras desembarcar en Laguna.