Génova es un subseguirse de preciosos tesoros, de rincones llenos de paz y belleza a sólo unos minutos del centro. Un oasis de tranquilidad en el que parece haberse detenido el tiempo y al que puede llegarse rápidamente y con total comodidad en los medios públicos de transporte, en tren, en barco o, si lo prefieren, ¡en bicicleta! 

Atractivos arrabales marineros, puertos turísticos, playas, paseos, terrazas panorámicas en picado sobre el mar y muchos parques ¡sabrán hacer verdaderamente especial tu permanencia en la ciudad!

Boccadasse, engarzada entre las casas de colores pastel y las barcas al reparo de la pequeña playa, Nervi, dominada por el encantador paseo que serpentea a lo largo del acantilado, Vernazzola,  Quinto, Quarto y  Pegli, pequeña perla del inmediato poniente de la ciudad, con el Parque de Villa Durazzo Pallavicini. Lugares mágicos, que huelen a sal e invitan a momentos de auténtico relax, en cualquier momento del año.

En la estación cálida podrás concederte una zambullida o un baño de sol gracias a las playas públicas, privadas y a las numerosas casetas de baño. Las temperaturas siempre templadas y agradables te regalarán, tanto en verano como en invierno, la emoción de un paseo, un aperitivo a la orilla del mar o una romántica cena con vistas. Podrás elegir entre los numerosos y famosos locales de la zona y degustar las sabrosísimas especialidades gastronómicas locales.

Disfruta de una pausa de sol y playa durante tu jornada en la ciudad entre museos, edificios nobiliarios y ¡las callejas del centro histórico medieval más vasto de Europa! 

Déjate inspirar por uno de los servicios vendidos en línea o en las Oficinas de Información y Acogida Turística de Génova