Los Pesebres Genoveses
“Ningún pesebre aquí es igual a otro...todos son diferentes en tamaño o en riqueza ornamental. Alguno es una obra de arte de buen gusto y de ingeniosidad. Los hombres que los construyen, curas o laicos, rivalizan en celo compitiendo para atraer el mayor numero de personas, recreándose en los detalles, en las proporciones, en el conjunto. Los pesebres genoveses son una joya de la Navidad...Aquí la Navidad no ha perdido en significado original, es solamente la fiesta de la infancia y de la esperanza para los hombres de buena voluntad. El pesebre es el triunfo de los genoveses. Desde el día de Navidad van a visitarlos uno después del otro, hay tres semanas para hacer su peregrinaje. El 6 de enero, fiesta de la Epifanía, la adoración de los pastores es substituida para la de los reyes Magos. Melchor, Baltasar y Gaspar se van vestidos con tejidos lujosos, tienen en la cabeza turbantes magníficos y son seguidos por camellos y servidores. La muchedumbre desfila sin parar delante de tanto resplandor”.
Así escribía Henry Aubert, fascinado por la tradición del pesebre en Génova y alrededores.
Una tradición que es históricamente y artísticamente famosa. “Desde la primera mitad del siglo XVI hasta los primeros decenios del siglo XIX Génova se afirma, junto a Nápoles, como uno de los centros más activo en la producción de figuras para pesebres. Numerosas tiendas de artesanos – la más famosa es la de Anton Maria Maragliano (Génova 1664 - 1739) – se dedicaron también a la producción de estatuas talladas a todo relieve y de maniquíes de madera articulados, parcialmente policromos, vestidos con trajes de tejido. Estos últimos consentían una más rápida ejecución pero sobretodo respondían de mejor manera a las espectaculares exigencias del pesebre barroco, haciendo posible, a través de la substitución de los trajes o de los accesorios, un continuo intercambio de los personajes y montajes siempre diferentes. En el periodo comprendido entre Navidad y la “Candelora” (el 2 de febrero, Fiesta de la Purificación de Maria que coincide con la Presentación de Jesús en el Templo); Según una costumbre difundida en muchos países de la Europa católica venían de echo representadas la Adoración de los Reyes Magos, la Presentación al Templo, la Huida en Egipto” (texto: Giulio Sommariva).
Tradición de raíces tenaces, que sigue dando espléndidos frutos, hasta que es una obra imposible nombrarlos todos, esos frutos!. Solo sirve recordar que numerosos son los pesebres de excelencia histórico-artística nacional en la ciudad y en la provincia dado que hay toda una magnifica efervescencia de pesebres de todo tipo – antiguos, modernos, tradicionales, mecánicos, panorámicos, vivientes, etc – en las playas, en los valles, en los bosques (entre estos el país-pesebre de Pentema), en los santuarios, en las iglesias, en las abadías, en los museos, en los parques y en las villas históricas, en las tiendas, en los centros comerciales, en los escaparates, etc, etc...
Hay pesebres permanentes, que se pueden admirar todo el año: justo para no salir de Génova, imperdibles son el del Santuario de la Madonnetta, la colección del Museo Luxoro en Nervi, el Pesebre de la Duchessa en el Santuario de “Santa Maria delle Grazie” asomado al parco de la “Villa Duchessa di Galliera” en Voltri... También hay magnificas ocasiones – también permanentes – para admirar la iconografía navideña en los museos y en los sitios de culto: entre las cuales, el pesebre de el “Grechetto” en San Luca, iglesia gentilicia de la Familia Spinola, y la Adoración de los Reyes Magos de Joos van Cleve en la Iglesia de San Donato. Los itinerarios temáticos, las visitas guiadas, son muchas y con buenas oportunidades para descubrir o redescubrir el encanto de una famosa tradición histórica, la variedad de los panoramas de la ciudad, las características de los sitios sede de equipamientos pesebrísticos en el territorio sea de la ciudad que de la provincia y del “Genovesato".