El palacio surge sobre un edificio medieval precedente, todavía bien visible en la planta baja en las columnas hechas con bloques blancos y negros que delimitaban las galerías abiertos sobre el Vico Dritto.

Este era el eje portante del tejido vario de la Génova medieval que se anudaba desde la porta dei Vacca hasta las pendientes de las colinas del Castelllo. El palacio fue reestructurado por Nicolò Spinola y por sus sucesores en el siglo XVI y XVII. Se distingue por una escenográfica fachada pintada por Ottavio Semino (1650) y Giovanni Andrea Ansaldo (aprox. 1610).

Los frescos representan historias épicas y alegorías, hoy lamentablemente poco visibles. El monumental portal fue probablemente realizado por Giovanni Giacomo Parraca da Valsoldo alrededor del 1560.

En el salón del segundo piso noble hay un fresco con una escena del banquete de los dioses, con las cuatro estaciones y vistas de paseo hechos en la segunda mitad del quinientos.

La decoración es de difícil lectura a causa de los danos sufridos durante la segunda guerra mundial.