Pan di Spagna
Aquí está el postre de fama internacional y origen genovés que pocos conocen. ¡Imposible no sentir la emoción al hablar del Rey indiscutible de la pastelería, el Pan de España! Su uso encuentra forma en muchas preparaciones, desde pasteles rellenos hasta bávaros, desde tiramisú hasta sopas inglesas, desde troncos hasta Saint Honoré. A pesar de ser un compuesto simple, en la cocina se considera una materia de absoluta excelencia.
Su origen es italiano, y específicamente genovés, a pesar de que su nombre puede ser engañado. Las primeras noticias se remontan a 1500, cuando el postre se sirvió entre los platos de los comensales de la República de Génova. Sin embargo, se hizo conocido internacionalmente a mediados del siglo XIX, cuando fue incluido por la escuela de Berlín en la prueba de exámenes para maestros pasteleros.
Pero la historia más divertida y curiosa de todas es la del marqués Domenico Pallavicini, embajador de la República de Génova. En 1749, invitado del Rey Fernando, Pallavicini hizo preparar, por su cocinero personal Giovanni Battista Cabona, un postre en honor del rey español para conquistar sus simpatías, haciendo creer en un postre original aunque en realidad ya era conocido en Génova. Este postre, al que el joven pastelero genovés aportó pequeñas variaciones, será conocido posteriormente con el famoso nombre de Pan de España. Inicialmente, el postre fue bautizado como pasta de Génoise (Pâte Génoise) por la corte del rey.
El Pan de España es conocido por su suavidad y su delicado sabor, que se combinan perfectamente con los más variados rellenos. También se puede disfrutar simplemente desnudo, con un ligero espolvoreado de azúcar en polvo, y en esta forma se acerca al pastel paraíso, pero con una textura mucho más delicada y sofisticada.